El amor da cumplimiento a la ley.

Evangelio según San Mateo 5:17 No piensen que vine para abolir la Ley o los Profetas: yo no he venido a abolir, sino a dar cumplimiento.
Oh Sangre y Agua que brotaste del corazón de Jesús como una fuente de misericordia para nosotros en ti confío.
Jesús es la plenitud y el cumplimiento de todas las cosas, en el encontramos la prueba de amor más grande en la historia de la humanidad, por amor a Dios y al prójimo es decir por nosotros, el mismo nos dijo en San Mateo 22:37 «Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. Y luego nos dice en el mismo capituló versículo 39 Amarás a tu prójimo como a ti mismo, Pues los mandamientos de no cometas adulterio, no mates, no robes, no tengas envidia. y todos los demás, se resumen en estas palabras: Amarás a tu prójimo como a ti mismo (Rf Romanos 13:9), En el amor a Dios y por amor a Dios, podemos perdonar, servir, ayudar y todo lo que nos propongamos en especial podemos ser una mejor versión de nosotros mismos para la gloria de Dios, por Jesucristo nuestro Señor y en el Espíritu Santo quien nos santifica, podemos tratar de vivir el reino de los cielos aquí en la tierra, como preparación para cuando llegue el momento de partir, alcanzar la plenitud de la perfección del amor de Dios.
Señor danos la gracia y el don de tu Espíritu para que vivamos y amemos tus mandamientos con amor y por amor a Cristo, amén
Del Diario de Santa Faustina (890)
El amor es un misterio que transforma todo lo que toca en cosas bellas y agradables a Dios. El amor de Dios hace al alma libre; es como una reina que no conoce el constreñimiento del esclavo, emprende todo con gran libertad del alma, ya que el amor que vive en ella es el estímulo para obrar. Todo lo que la rodea, le da a conocer que solamente Dios es digno de su amor. El alma enamorada de Dios y en Él sumergida, va a sus deberes con la misma disposición con que va a la Santa Comunión y cumple también las acciones más simples con gran esmero, bajo la mirada amorosa de Dios; no se turba si con el tiempo alguna cosa resulta menos lograda, ella está tranquila porque en el momento de obrar hizo lo que estaba en su poder. Cuando sucede que la abandona la viva presencia de Dios, de la que goza casi continuamente, entonces procura vivir de la fe viva; su alma comprende que hay momentos de descanso y momentos de lucha. Con la voluntad está siempre con Dios. Su alma es como un oficial adiestrado en la lucha, desde lejos ve dónde se esconde el enemigo y está preparada para (258) el combate, ella sabe que no está sola; Dios es su fortaleza.
Como propósito, pidamos para que la gracia de Dios viva en todos nosotros y hagamos del mundo, un mundo mejor, recemos la coronilla de la divina misericordia y pidamos por aquellos hermanos que no han conocido el amor de Dios, para que el Señor derrame sus gracias sobre ellos.