
Educando de la Mano de Dios
Jesús le dijo: «¿Qué quieres?» Y ella respondió: «Aquí tienes a mis dos hijos. Asegúrame que, cuando estés en tu reino, se sentarán uno a tu derecha y otro a tu izquierda.» San Mateo 20:21.
Oh Sangre y Agua que brotaste del Corazón de Jesús, como una fuente de Misericordia para nosotros en ti confío.
Hoy escuchando la homelia del Diacono de mi iglesia, El reflexionaba sobre la crianza que le damos a nuestros hijos y como todos los padres buscamos y queremos el mejor lugar para ellos asi como la madre de Santiago y Juan, en el Evangelio que escuchamos hoy en nuestra Iglesia.
Sus palabras me llevaron a la reflexión, siendo madre de dos niños pequeños a los cuales estoy llamada a llevar a la santidad. Me doy cuenta de como los padres buscamos que nuestros hijos sean exitosos y les inculcamos responsabilidad para cumplir sus obligaciones, constancia para hacer sus tareas e interés e inclinación en carreras que los pueda llevar a tener trabajos exitosos en un futuro y asi ganar bien para tener una “buena vida”, pero asi mismo no ocupamos ni el mismo tiempo, ni esfuerzo en inculcarles el amor a Dios y al prójimo, el servicio en la Iglesia y a los más necesitados, tampoco hacemos tiempo de oración en familia pero si tenemos tiempo para mandarlos a clase de deportes, música , natación , danza. Si en la sagrada escritura dice que “ donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón” (Mateo 6:21), mi pregunta es si nuestros hijo son lo más Sagrado que tenemos. ¿Donde estamos poniendo su Corazón? En lo del mundo o en lo de Dios. No quiere decir que sea malo obtener cosas para tener una mejor vida o que nuestros hijos logren tener el trabajo deseado o tener su propia empresa, pero sería bueno reflexionar en el orden que le estamos dando a lo que verdaderamente es lo más importante. ¿Qué es primero el amor a Dios o el exito material?.
Pidamos hoy al Señor que nos guie para ser padres sabios, para que nuestras decisiones nunca los aleje de los caminos que el tiene para nuestros hijos, que seamos ejemplo vivo de servicio y amor al prójimo para que el día de mañana nuestros hijos sean reflejo del amor de Dios en esta sociedad que tanto amor y bondad necesita. Amén
Que la bendición de Dios, que es Padre, Hijo y Espíritu Santo, descienda sobre nosotros y sobre el mundo entero y permanezca para siempre, amén.
Virgen Santa María Reina de la Paz, ruega por nosotros y por el mundo entero. Amén.
Por Coautora del Blog.