Yo soy el pan vivo, bajado del cielo. San Juan 6:51

Por la señal de la Santa Cruz…

Padre Nuestro, Avemaría y Gloria 

Oh, Sangre y Agua, que brotaste del Corazón de Jesús, como una fuente inagotable de Misericordia para nosotros en ti confío.

Ven Espíritu Santo, derrámate sobre nosotros con el don de entendimiento para que podamos conocer con profundidad los Misterios de nuestra Fe. Amén

“Nuestro Salvador, en la última Cena, la noche en que fue entregado, instituyó el Sacrificio Eucarístico de su cuerpo y su sangre para perpetuar por los siglos, hasta su vuelta, el sacrificio de la cruz y confiar así a su Esposa amada, la Iglesia, el memorial de su muerte y resurrección, sacramento de piedad, signo de unidad, vínculo de amor, banquete pascual en el que se recibe a Cristo, el alma se llena de gracia y se nos da una prenda de la gloria futura” (CIC 1323).

Hola, mis queridos hermanos, espero que se encuentre bien, llenos de bendiciones, hoy quiero empezar una nueva serie sobre la Eucaristía y espero que sea de su agrado, crecimiento en la fe y amor a Nuestro Señor Jesucristo, y para empezar les quiero dejar aquí el enlace de esta hermosa canción de la cantante católica Athenas, los invito a que la escuchen atentamente.

Lectura de la Palabra: Del Evangelio según San Juan 6:51

Yo soy el pan vivo, bajado del cielo. Si uno come de este pan, vivirá para siempre y el pan que yo le voy a dar es mi carne, para vida del mundo. Palabra del Señor…

La palabra Eucaristía significa acción de gracias hacia Dios, y nos dice el CIC que la misma recuerda las bendiciones judías que proclaman sobre todo durante la comida las obras de Dios: la creación, la redención y la santificación (CIC 1328), es el compendio y la suma de nuestra fe, (CIC 1327), Cristo quien vino a salvarnos y santificarnos en la cruz, se transustancia en las especies del pan y el vino como Sacramento Divino y para quedarse con nosotros, anticipando así la vida eterna, hasta su vuelta en la plenitud de los tiempos, Yo Soy el pan de vida (San Juan 6:35) decía el Señor a los judíos que se encontraba escuchándolo en la sinagoga de Cafarnaúm, muchos de ellos no creyeron el mensaje por falta de fe y conocimiento de Cristo a pesar de que el mensaje ya estaba siendo proclamado por Jesús mismo, pero hoy nosotros que creemos en este mensaje de salvación, deberíamos ser no solo portadores y proclamadores del mismo, sino que también deberíamos vivirlo, muchos Santuarios hoy en día tienen a Jesús en los Sagrarios en una soledad increíble con tantas gracias que el Señor nos quiere dar, es triste ver cuántos Católicos por diversos motivos hoy no se acercan al Sacramento de la comunión, este Divino Sacramento que es fuente y cima de toda nuestra vida Cristiana (CIC 1324).

De San Francisco de Asís: «Ardía en fervor, que le penetraba hasta la médula, para con el sacramento del cuerpo del Señor, admirando locamente su cara condescendencia y su condescendiente caridad. Juzgaba notable desprecio no oír cada día, a lo menos, una misa, pudiendo oírla. Comulgaba con frecuencia y con devoción tal, como para infundirla también en los demás. Como tenía en gran reverencia lo que es digno de toda reverencia, ofrecía el sacrificio de todos los miembros, y al recibir al Cordero inmolado inmolaba también el alma en el fuego que le ardía de continuo en el altar del corazón» (2 Cel 201).

¿Qué significa la Eucaristía para ti?, ¿Frecuentas el Santísimo Sacramento, si tu respuesta es positiva como te sientes en la presencia del Señor?, ¿Cuál grande es tu fe?, ¿Qué sensación creo en ti la canción de Athenas, alabas al Señor con gratitud y alegría?, ¿Sabías que Cristo Rey nos espera en el Santísimo para llenarnos de gracias y de paz?

Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra.  Dios te salve.  A Ti clamamos los desterrados hijos de Eva, a Ti suspiramos, gimiendo y llorando en este valle de lágrimas.  Ea, pues, Señora Abogada Nuestra, vuelve a nosotros tus ojos misericordiosos, y después de este destierro, muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre.  Oh, clemente, oh piadosa, oh, dulce Virgen María.  Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios, para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.  Amén

Oración Final: Gustad y ved lo bueno que es Yahvé, dichoso el hombre que se acoge a él. (Salmo 34:8), Gloria….

Y no lo olvides, puedes compartir tus comentarios o experiencias sobre esta meditación, nuestras respuestas a las preguntas, o cualquier otro tema que nos quieras comentar, sería genial poder interactuar entre todos y compartir nuestras experiencias en el caminar con nuestro Señor y la belleza de nuestra fe, esto enriquecería nuestra comunidad de oración, me daría mucho gusto leer tu opinión, pregunta o sugerencia, si quieres puedes dejar tu comentario aquí o mandar un correo electrónico a Palabraquedavida101921@gmail.com, muchísimas Gracias, hasta la próxima semana mis queridos hermanos Dios me los bendiga.

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